7.10.09

Mes

23.7.09

No te extraño por extrañarte, por manía ni perseverancia; sino porque acaricio en sueños el olor de tu cuerpo acostado junto al mio, tu calor constante, imperturbable. Tu calma extensa y redimida. No mera costumbre que se acaba cuando caen las hojas, sino paso del tiempo indefinido que me llama, espera.